Para, detente, escúchate.
Mirarnos hacia adentro, sin miedo, nos permite identificar las sabias señales que nos envían nuestras emociones y nuestra mente. Saber descifrarlas e interpretarlas es la clave para tener el control de nuestra vida y gestionarla de tal modo que la hagamos a nuestra medida, caminando en pro de nuestros objetivos.
Todo está al alcance de nuestra conciencia, solo es cuestión de acceder a ello, atenderlo y coger el timón. No necesitamos de ningún gurú que nos guíe; comprendiendo qué es lo que sentimos y deseamos seremos los verdaderos dueños de nuestros actos.