Llevamos siglos y siglos construyendo nuestra cultura y personalidad social como seres humanos desde una visión exclusivamente antropocéntrica, excluyente y soberbia frente a los otros seres naturales y animales, incluso en permanente confrontación con nuestros semejantes. Esta arrogancia nos está llevando a una encrucijada: la destrucción de nuestro propio planeta.
Hay quienes piensan que seremos capaces de solucionar hasta las heridas más profundas que le hacemos a la Madre Tierra, como la contaminación, esquilmar sus recursos, el calentamiento global, el deterioro del medio ambiente, o la destrucción de las especies. Sin embargo, se equivocan quienes piensan que solo la ciencia o la tecnología, que solo los conocimientos específicos, resolverán nuestros desaguisados. Y, lamentablemente, no hay planeta B. Sin nuestra Tierra nos quedaremos sin hogar.
Es necesario un cambio de visión, unos valores éticos diferentes, una posición colaborativa. Es necesario entender que somos parte de la Naturaleza, que no es la destrucción la que nos hará poderosos, sino la cooperación.
Por ello, me ha resultado tan alentador y pedagógico este libro Biomimética organizacional, que aporta ideas innovadoras, comprometidas y responsables. Una nueva visión, un nuevo paradigma, un nuevo comportamiento, una nueva esperanza.