En este estudio, el interés y ejercicio de la Neuroética -partiendo de la Neurociencia- se advierte como la oportunidad que se abre para iniciar un diálogo interdisciplinar profundo. En la Neuroética se ven claramente los límites conceptuales (aunque no los técnicos) de la Neurociencia, y al mismo tiempo se plantean desde esta ciencia biológica las cuestiones más profundas sobre el ser y obrar humanos, que llevan también a replantearse el sentido de la ciencia experimental nacida de la modernidad.
La Neuroética ofrece, en definitiva, una exelente coyuntura para que científicos y filósofos dialoguen, y constituye a la vez una exigente llamada a la responsabilidad -dirigida especialmente a la comunidad académico-científica- a la vista de las repercusiones crecientes que la ciencia experimental (y en particular la Neurociencia) está teniendo en los individuos y en la sociedad entera, atomizando y disgregando nuestro saber y nuestro actuar.