El mundo cambia a tanta velocidad que la educación tiene que asentar unas nuevas bases de aprendizaje. La clave reside en enseñar a los niños y las niñas la importancia de apropiarse de sus emociones para elegir su camino en la vida y dar salida a su mejor versión: conocerse a uno mismo, entrenar la asertividad, la resiliencia, la capacidad para asumir el fracaso, para responder frente a lo que les sucede. Esto solo podrán integrarlo si los ayudamos a entrenar su inteligencia emocional y sus habilidades personales e intrapersonales. Pero el quid de la cuestión es que no podemos enseñar nada que no sabemos, porque los pequeños nos aprenden a nosotros.
En este libro revolucionario, Mar Romera invita a padres y docentes a descubrir cuáles son sus recursos personales para ayudar a que los más pequeños los desarrollen, sin recetas, porque la educación es un mundo de corazón e imaginación, pero con muchas herramientas y arquitectura para hacer de ella una aventura apasionante.