Del núcleo de una célula hasta el Polo Norte, pasando por el rocío de la mañana. Quizá sea por su propia magnitud por lo que el agua nos parece tan inabarcable, y quizá por eso hayamos aceptado el desconocimiento de sus detalles, a pesar de ser la única sustancia por la cual estamos vivos.
Al agua no hay quien la entienda - hasta los científicos se asombran de su rebeldía ante las leyes más elementales del resto de los líquidos. Dada su complejidad, nos hemos conformado con desconocerla, admitiendo, eso sí, que es un elemento tan confuso como vital. Por eso, ninguna biografía que le hiciera justicia podía plantearse con enfoques tradicionales.