Sarah-Jayne Blakemore nos guía y nos muestra la importancia de un período biológico y psicológico singular. Si la adolescencia es una etapa de formación en la que desarrollamos un profundo sentido de la identidad, los cambios cerebrales que modelan la conducta adolescente nos brindan una lente maravillosa mediante la que podemos empezar a vernos de otro modo.