El valle de Benasque reúne las más altas montañas del Pirineo, cumbres que han subyugado a los viajeros a lo largo de los tiempos. Impresionantes vertientes que reflejan los lagos que descansan a sus pies, creando paisajes de una belleza que corta el aliento. A sus pies, prados de montaña, bosques, ríos y aguas que bajan en cascadas a rincones sorprendentes. Y bajo los paisajes, el paisanaje, las gentes que han modelado la naturaleza de la alta montaña pirenaica siglo a siglo. Gentes que acumularon una sabiduría fácil de reconocer en la arquitectura popular de cada pueblo y en una gastronomía propia.