Hoy en día, el mundo editorial, con el inestimable apoyo de la informática, está experimentando cambios tan profundos que permiten un hacer que era impensable hace sólo unos pocos años. Se están flexibilizando tanto las cosas que resultan posibles hasta los libros a la carta, esto es, libros adaptados a las necesidades concretas de cada plan de estudios, de cada carrera, de cada facultad o escuela, de cada determinada asignatura.
Aunque aquí hablamos pensando en nuestro caso concreto, el de las Matemáticas, lo que decimos es igualmente válido para otras disciplinas.
Llevamos ya un tiempo ocupándonos de confeccionar una especie de gran almacén o colección de textos, de pequeños libros, de modo que hemos llegado a un todo que abarca la inmensa mayoría de las materias que, organizadas de uno u otro modo, figuran en los planes de estudios
de los actuales grados universitarios. En algún caso, para que tal cobertura tuviera efectividad, ha habido que duplicar algunas de las materias, con distinta amplitud o profundidad; pero para la mayoría de los temas esto no ha sido necesario. Para cada asignatura concreta, tomamos de
nuestro todo los capítulos pertinentes y los orquestamos con buen juicio y, añadiendo aquellos ejercicios y problemas que mejor cuadren, terminamos componiendo un texto pertinente y proporcionado.
El que oiga esto por primera vez, quizá llegue a pensar que no es buen hacer el nuestro. La experiencia dice lo contrario; la experiencia dice que, salvo una rara excepción, los textos que así venimos confeccionando, que ya son muchos, resultan del agrado y a satisfacción de cuantos los han venido utilizando, tanto de profesores como de alumnos.