Ningún cuerpo celeste es observado con tanta minuciosidad por los satélites como lo es la Tierra. Además de observar el desplazamiento de las nubes, fundamental para el parte meteorológico, estos ojos celestes nos aportan información actual sobre desastres naturales, como terremotos, erupciones volcánicas e inundaciones. Vigilan la contaminación de la atmósfera terrestre y, con los más modernos