Ésta es la obra sobre Monet: lo que sea que publique antes o después parecerá menor en comparación [...]. Es la única publicación fácilmente asequible que brinda una relación completa de la obra de Monet; en otras palabras, es la definitiva." -The Good Book Guide, Londres Junto con Turner, ningún artista se esforzó más que Claude Monet (1840-1926) en capturar en el lienzo la propia luz. De todos los impresionistas, fue el hombre que Cézanne llamó "sólo un ojo, pero ¡Dios mío, qué ojo!", el que se mantuvo completamente leal al principio de la fidelidad absoluta a la sensación visual, pintando directamente a partir del objeto. Se podría decir que Monet reinventó las posibilidades del color y que –haya sido a través de su temprano interés en los grabados japoneses, su período como recluta en la luz resplandeciente de Argelia o su relación personal con los pintores más importantes de fines del siglo XIX– lo que creó Monet durante su larga vida cambiaría para siempre el modo en que percibimos tanto el mundo como sus fenómenos asociados. El punto culminante de sus exploraciones fue la serie tardía de nenúfares pintada en su propio jardín de Giverny, la cual, en su giro hacia la ausencia casi total de forma, es realmente el origen del arte abstracto. Esta biografía hace del todo justicia a este artista tan excepcional como profundamente influyente y ofrece numerosas reproducciones y fotos de archivo junto con comentarios detallados y agudos.