A las cinco de la tarde, puntuales, decenas de clientes hacen cola en una panadería de San Francisco para ser uno de los afortunados que se lleven una hogaza de pan recién hecha para la cena. En cuestión de un par de horas se agota la hornada del día. Y es que esa hogaza de corteza crujiente, miga tierna, dulce y de acidez equilibrada ha revolucionado la forma de hacer pan en EEUU.
La panadería es Tartine Bakery y el hombre que ha conseguido dominar la masa de manera artesanal hasta hacerla suya es Chad Robertson. Reconocido junto a su mujer, Elisabeth Prueitt, como mejor maestro panadero y repostero por la prestigiosa James Beard Foundation en 2008, Robertson vuelca en este libro todo el conocimiento que ha adquirido durante su formación en algunas de las más panaderías más icónicas de Francia y Norteamérica y durante sus más de veinte años de experiencia al frente de su propio obrador.