Según nos muestra Jonah Lehrer en su extraordinario debut, la ciencia no es la única senda que conduce al conocimiento, pues el arte siempre se adelantó a ella en el empeño por comprender el cerebro. A partir de la obra de un grupo de artistas -un pintor, un poeta, un chef, un compositor y diversos novelistas- Lehrer nos muestra que cada uno de ellos descubrió la verdad esencial sobre la mente que la ciencia aún se esfuerza por explicar.
Así, por ejemplo, vemos cómo Proust reveló por primera vez la falibilidad de la memoria; cómo George Eliot descubrió la maleabilidad del cerebro; cómo el chef Escoffier encontró el "umami" (el quinto sabor); la manera en que Cézanne abordó las sutilezas de la visión o el modo en que Gertrude Stein expuso la estructura profunda del lenguaje medio siglo antes de que Noam Chomsky y otros lingüistas lo hicieran.
Con una ingeniosa mezcla de biografía, crítica y divulgación científica, "Proust y la neurociencia" pone de manifiesto la necesidad de poner fin al sucular desencuentro entre el arte y la ciencia.