No te vamos a engañar: para estar en forma hay que currárselo. Pero luego las recompensas son enormes: mantienes la compostura en esa carrera benéfica a la que te apuntaste con tus amigas, las endorfinas hacen que te sientas fenomenal y además los vaqueros te quedan de peli. Pero lo de hacer deporte no te lo decimos por tus vaqueros, sino por tu corazón. Porque estar en forma es más que perder unos quilos, es otra forma de quererte.