El conocimiento de las características y funcionamiento del mercado de trabajo, las técnicas de búsqueda de empleo y las herramientas a utilizar, así como los recursos de mejora de las competencias profesionales, como son la formación y reinserción, facilitan el aumento de las posibilidades de acceso al mercado de trabajo de quienes se encuentran en situación de desempleo, además de facilitar el mantenimiento y desarrollo profesional de quien cuenta con una puesto de trabajo. Así debemos entender la orientación como una disciplina científica de intervención, que deja de lado la mediación puntual, pasándola a concebir como un proceso preventivo, proactivo y de desarrollo continuo, permanente, llevado a cabo a lo largo de la vida de las personas.