Un entrenamiento de éxito no solo implica unos métodos de entrenamiento y unas cargas adecuadas, sino también que se deben evitar unas cargas excesivas en combinación con una recuperación inadecuada. Los deportistas pueden experimentar una disminución del rendimiento a corto plazo sin otros síntomas psicológicos negativos duraderos o severos.
Esta fatiga sub-aguda funcional con el tiempo dará lugar a una mejora en el rendimiento después de una adecuada recuperación. Una palabra clave en el reconocimiento del sobreentrenamiento podría ser una “mala adaptación prolongada” no sólo del deportista, sino también de algunos mecanismos de regulación biológica, neuroquímica y hormonal.
En general se cree que los síntomas de sobreentrenamiento, como la fatiga, la disminución de rendimiento, y los trastornos del estado de ánimo, son más graves que los de la Fatiga Sub Aguna No Funcional (FSANF). Sin embargo, no hay mucha evidencia científica para confirmar o refutar esta sugerencia. Un enfoque para la comprensión de la etiología del sobreentrenamiento implica la exclusión de enfermedades orgánicas o infecciones y otros factores como la restricción dietética de calorías e insuficiente ingesta de hidratos de carbono y/o proteínas, deficiencia de hierro, deficiencia de magnesio, alergias, y otros, junto con la identificación de otros sucesos iniciadores o activadores. Actualmente, se utilizan varios marcadores, pero ninguno de ellos reúne todos los criterios para que su uso sea generalmente aceptado.
Así, un aspecto fundamental necesario para un alto rendimiento y que todo deportista busca es una rápida recuperación. En este sentido, el ejercicio y especialmente el excéntrico produce un daño muscular por una ruptura de las miofibrillas musculares, fundamentalmente cuando el ejercicio es y no habitual. Este daño muscular produce una fatiga muscular que limita el rendimiento muscular, disminuyendo la fuerza, el pico de potencia, o la velocidad.
Por lo tanto, con el fin de conseguir una rápida recuperación muscular es importante conocer de qué medios de recuperación post-ejercicio disponen los deportistas.
Algunos deportes que comportan una mayor destrucción muscular, como por ejemplo los de conjunto o equipo o aquellos que tienen un gran componente excéntrico, necesitan una intervención especial que recupere los microtraumatismos que se producen durante su práctica, bien sea durante los entrenamientos o la competición.
Existen diferentes métodos que ayudan a los deportistas a una mejor recuperación, como son los métodos físicos (masaje deportivo, electroestimulación, contrastes de agua), estrategias nutricionales (hidratación e ingesta de hidratos de carbonos y proteínas), ergonutricionales (aminoácidos ramificados, glutamina, ß-hidroximetil butirato (HMB), creatina) y farmacológicas (antiinflamatorios, analgésicos, inmunomoduladores farmacológicos). Así la utilización de este tipo de métodos se convierten en estrategias que pueden ser básicas para conseguir una recuperación total de los deportistas.