La fatiga no tiene edad, se pueden sufrir los efectos de la fatiga en todas las etapas de la vida: en la niñez, en la madurez y en la vejez. Sin embargo, en ciertos períodos estamos particularmente expuestos a sufrirla a causa de los trastornos que padece el organismo. Es el caso de la adolescencia, en el curso de la cual los jóvenes experimentan una serie de cambios importantes, tanto físicos como psíquicos. Para la mujer, el embarazo y la menopausia son periodos de riesgo. Para no tener que enfrentarnos a este problema, más vale prevenir que curar equilibrando nuestra alimentación y priorizando los alimentos anti-fatiga.
Una buena alimentación anti-fatiga no se consigue sólo a través de los nutrientes. ¡Es una cuestión de sentidos!
Cuando comemos, la estimulación sensorial implica tanto a la vista como al olfato y al gusto, e incluso al tacto… El placer que experimentamos al comer es, en sí mismo, una fuente de equilibrio y de tono. Comer sano no significa eliminar el placer. ¡Al contrario! Se trata de ampliar la gama de sabores, que estos nos aporten satisfacción, y de amplificar dicha satisfacción haciendo que cada ingesta sea un momento intensamente agradable.
En este libro encontrará la relación de 20 alimentos indispensables. Virtudes anti-fatiga, consejos de utilización, asociaciones con otros alimentos y también 40 recetas apetitosas y sencillas de preparar para la cocina de cada día, beneficiosa para la salud.