Instituciones deportivas como la FIFA, políticos salpicados por casos de corrupción como Macron, empresas de comunicación como el grupo Prisa, eléctricas como Iberdrola, grandes almacenes como El Corte Inglés, clubes de fútbol como Barça o PSG, futbolistas y entrenadores como Zinedine Zidane, Fernando Hierro, Pep Guardiola, Xavi Hernández… ¿Qué tienen que ver todos ellos con Qatar, una dictadura teocrática que incumple sistemáticamente derechos humanos fundamentales, sede del Mundial de fútbol de 2022? Un escándalo rodeado por corrupción, tráfico de influencias y muertes de obreros inmigrantes de la construcción que no han impedido que el balón siga rondando. Fonsi Loaiza, de nuevo tras el rastro de los negocios en los palcos, ha investigado hasta destapar la vasta red de intereses del emirato catarí en el mundo entero