A partir de 6 años.
Platero no era un burro como los demás. Era pequeño, gris, suave, y sus ojos brillaban como dos cristales negros. Con su amigo Juan Ramón, iba a pasear al campo, se tumbaba en la hierba,
ayudaba a quien lo necesitaba, y jugaba con los niños del pueblo.
¿Puede un burrito ser el amigo inseparable de un poeta? Lee este libro y lo comprobarás.
López Narváez, Concha
Nació en Sevilla en 1939. Es licenciada en Filosofía y Letras. Durante algunos años se dedicó a la enseñanza, y actualmente escribe para niños y jóvenes. Entre los premios que ha ganado se encuentran el Lazarillo en 1984 y 1986; el CCEI en 1986 y 1989; y fue finalista del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1985, 1986, 1987 y 1990.
Jiménez, Juan Ramón
Quizá fue la belleza del paisaje de Moguer, el pueblo blanco donde nació Juan Ramón Jiménez en 1881, lo que explique su primera vocación por la pintura. Sin embargo, y después de haber empezado a estudiar Derecho en Sevilla, lo dejó todo para dedicarse a escribir, hasta el día de su muerte, en 1958, en Puerto Rico. La melancolía por la muerte de su padre en 1900 y una enfermedad pulmonar condicionaron su juventud a un deambular por distintos sanatorios e influyeron en su obra, centrada en la indagación de la belleza y la plenitud de lo real. Al estallar la Guerra Civil española se exilió en Estados Unidos y fue profesor de varias universidades latinoamericanas. En 1956 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Maier, Ximena
Nació en Madrid en 1975. Desde siempre le ha encantado leer y dibujar, así que, a pesar de los buenos consejeros que la empujaban hacia la economía y el derecho, estudió Bellas Artes en Sevilla e ilustración en Inglaterra. Ahora vive en Madrid, y ha conseguido que sus aficiones sean su trabajo.
Propuesta de actividades
- Antes de leer, miraremos atentamente la ilustración de la cubierta y hablaremos de los burritos. ¿Les gustan a los niños estos animales? ¿Les parecen tiernos? ¿Les hacen gracia sus grandes orejas? Después, cada uno dibujará un burrito y le dará un nombre.
- Mientras leemos, observaremos las ilustraciones con los niños y les pediremos que describan lo que ven y lo que hace el burrito Platero en cada momento.
- Después de leer, podemos charlar sobre el final tan triste de la historia y, entre todos, crearemos uno nuevo mucho más alegre.